lunes, 2 de agosto de 2010

::Uno, dos, tres...::


Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...treinta vagones de un tren paran por algunos minutos el andar de mi micro. La gente espera acostumbrada, otros se sorprenden con el paso de este medio de transporte ya un tanto obsoleto en la civilización.
Esta es una de las maravillas de vivir en lo que aún podríamos llamar "pueblo"..."pueblo chico, infierno grande", así dicen y así es, ya somos muchos los que vivimos en la zona de Talagante-Peñaflor, sin embargo, siempre se sabe lo que le pasa al otro; si alguien se separó, el matrimonio del mes o si murió alguien importante... esos largos funerales a pie que paralizan Malloco desde la Iglesia del Niño Dios hasta el Cementerio Municipal...
Ni pensar en salir de comprar a las 2 de la tarde! de 1 a 4, todo cerrado! pero se sigue respetando el tiempo para la familia.
Nadie se desespera porque ya todos sabemos que la vida acá es así.
Ni mall, ni metro, ni transantiago, calles sin pavimentar, no Mc Donald's ni Burger...nos conformamos con un Doggis y el Delly Stop.
Se ríen mis amigos cuando digo: "No! hoy día no voy pa' Santiago!", pero es que es tanta la diferencia que así llegamos sentirlo.
"¡Aburrido!" dirán algunos, pero yo agradezco y agradeceré toda mi vida el haber crecido sin desconfianzas, sin miedo, sin rejas ni alarmas, pudiendo cruzar las calles en el paso de cebra sin miedo a ser atropellada, viendo al micrero conversando con la vecina que tomó la micro, acostumbrada al "Buenos días" o el "Buenas tardes", el poder dormirme sin ruido de autos y despertarme y escuchar el canto de los pájaros y los gritos de los niños jugando.

(05 de Agosto, 2009)

No hay comentarios:

Publicar un comentario